La
nueva instalación está formada por contenedores, se montó en apenas quince
días, es ampliable y se puede trasladar
Apareció
casi de un día para otros en el Muelle de las Delicias. Es la Estación
Marítima del Puerto, un edificio blanco y cuya estructura recuerda a los
contenedores marítimos. La Autoridad Portuaria de Sevilla lo mandó a construir
a finales de año ya que al convertirse Sevilla en base de cruceros, necesitaba
un espacio más digno que la carpa existente para recibir y despedir a los
cruceristas.
El
puerto consideró que, dado que el futuro del muelle sigue abierto, había que
construir allí una estructura que no fuera definitiva y de uso flexible
para adecuarlo a las necesidades futuras. Como material, debía usar los
contenedores marítimos para remarcar que estaba en un recinto portuario. El
handicap era que había que ejecutarlo en apenas cuatro meses, lo que requirería
que quien se hiciera cargo del proyecto, que tenía un presupuesto de 300.000
euros, no sólo asumiese el diseño sino también el proceso constructivo y su
instalación
Los
elegidos fueron los arquitectos sevillanos Juan Manuel Rojas, de Arquitectos Hombre de Piedra, y José
Luis Sáinz-Pardo y Ramón Cuevas, de Buró4, que ya tienen experiencias de trabajo
en común tanto en construcción en seco como con contenedores marítimos. Tenían
como objetivo, comentan, no sólo dar solución a un espacio vacío con mucha
cualificación, sino darle potencialidad arquitectónica.
La
idea clave de la construcción es apoyar sobre dos contenedores separados
otro colocado encima, lo que contribuye a crear un espacio a dos alturas,
diáfano que permite además que el aire cálido se quede en la parte superior,
donde las ventanas y puertas están instaladas de tal forma que favorecen la
entrada de corriente.
En
el exterior ese espacio se transforma en un conjunto de cuadrados unidos y que
con sus 500 metros cuadrados es el espacio hecho con contenedores más grande
de Andalucía.
Pero
si el diseño es original, la fabricación y montaje de las piezas no lo es
menos. Los contenedores, seleccionados uno a uno en el muelle de Algeciras, se
trasladaron a Lucena, a las naves de Construcciones Cabello, donde se
pulieron, se trataron y se consiguió, con la colaboración del estudio cordobés Tercera
Piel, perfilar el proceso de montaje en el que sólo las ventanas, y las
luces, no son material reutilizado.
Allí,
en Lucena, se montó la estructura como un mecano y se volvió a desmontar para
trasladarlas hasta Sevilla. Aquí se volvieron a montar, como si de un mecano
se tratase, en 3 días y en otros 12 se terminaron remates y acabados. El
día que llegó el Azamara Quest, la nueva Estación Marítima estaba lista.
Puede
ir a más, porque el edificio es ampliable, colocando más contenedores, y se
podría trasladar _está montado sobre los ladrillos del muelle con una especie
de tacos_, si fuera necesario.